Desde mi experiencia escolar entre 7° Básico a IV° Medio siempre se
replicaban ideas sexistas de la índole de que los hombres sólo
hacen amistad con otros, y si eras amigo de una compañera era
porque querías sexo. Tus habilidades para jugar al fútbol definen
tu valor como hombre, al igual que tu nivel de responder con
violencia a tus pares porque si tratabas situaciones como una
persona con una inteligencia emocional sana, entonces se procede a
insultos que tienen como base la homofobia.
Nunca supe con exactitud el procedimiento del colegio ante un caso
de bullying escolar contra un estudiante por su condición sexual,
pero lo que si supe años más tarde (cuando era universitario), es
que algunos ex-compañeros no se atrevieron revelar su orientación
sexual por miedo a las repercusiones sociales dentro del
colegio.
A esto se suma a lo que la mayoría ya ha mencionado, diferenciación
de trato ante actitudes de compañeras y compañeros, uniforme
diferenciado, talleres extracurriculares enfocados a géneros que
reforzaban estereotipos y el como se abordaba la educación sexual
en las mujeres y en los hombres, me atrevería a decir que muchas de
esas ideas vienen del núcleo familiar, pero aún así el colegio no
existía mayor preocupación de establecer estrategias o siquiera
problematizar la situación de sus estudiantes, y eso que yo salí
del colegio el año 2012.
En el caso de la educación superior, yo estudié Pedagogía en
Música, donde si bien fue ahí donde comencé reflexionar mucho más
de la realidad en el que crecí y el como uno lo interpreta, siento
que era necesario reflexionar sobre las compositoras a lo largo de
la historia y problematizar su falta de exposición y
reconocimiento, por suerte la información de a poco se da a conocer
cada vez más.