He vivido experiencias sexistas como docente y en el pasado como alumna. Como estudiante en séptimo básico (en artes manuales) se les enseñó a las niñas a mudar bebés y a los niños a arreglar lámparas, fue horrible. Luego como docente nos toco incorporar a los alumnos a talleres ocupacionales ofrecidos por externos y había oferta previamente segregada por sexo (sin opciones de cambio). Para mujeres peluquería y para hombres curso de arbitro o conductor de grúa, nuevamente horrible. Tras el reclamo del cuerpo docente hubo flexibilidad y los adolescentes pudieron elegir al fin libremente según afinidad.