Con cierto rechazo viví al principio esto de cambio de modalidad, debo reconocer que estaba cómoda en las clases presenciales, pues sentía que ya había encontrado un estilo que me gustara y me identificara, una forma que me dejara tranquila y que propiciara la comunicación, interacción, reflexión y crítica en las clases. Llegó el remezón de clases online y, efectivamente, me resistí e intentaba trasladar mi clase presencial a la online. Los chicos ya no hablaban como antes en las clases, les costaba dar la opinión (se avergonzaban de hablar por meet), algo terrible para mi que en general llevo 20 min de algún contenido y lo demás se daba desde la conversación. Me rendí, le empecé a ver el lado positivo al asunto, me dediqué a enseñarles diversas plataformas como "Canva" para la presentación de sus trabajos y yo me puse a averiguar sobre Kahoot, Mentimeter, Wordwall. Con alegría me encontré creando juegos de activación, juegos para repasar contenidos antes de una evaluación e integrando diversas plataformas que le daban más vida a la clase. Luego de eso, los chicos y chicas empezaron a hablar por meet, logré retomar en parte la discusión en clases. También envié trabajos de mini proyectos, les gustó mucho. 
Se viene un año con más desafíos, pero estoy dispuesta a aprender.