Cuando pienso en mi experiencia educativa y el sexismo, en primer
lugar, recuerdo mi etapa de estudiante. Fui alumna de un colegio de
niñas, o como se dice de "señoritas", una educación
segregada, que no nos permitía crecer desde la niñez a la
adolescencia conviviendo con hombres, muchas relaciones que se
podrían llamar lésbicas se creaban en el entorno, es que , de
alguna manera había que conocer el amor, pasábamos todo el
día rodeadas de mujeres, y si no te enamorabas de tus compañeras,
te enamorabas de tus profesores, y muchos de ellos, lo digo con
conocimiento de causa, se aprovechaban de nuestras mentes en
desarrollo, que solo querían conocer el sexo opuesto, al menos como
te lo mostraban en las clases de biología. Creo que muchas de lo
que hoy soy , y no soy son parte de esa educación
sesgada.
Hoy soy docente , me desenvuelvo como jefa de UTP y trabajo
en un colegio de básica, donde , las profesoras somos 32 y sólo un
profesor hombre , el de Educación física. Esta especie de
matriarcado se contrapone con el equilibrio que debiese tener
la educación, nuestros estudiantes tienen solo imágenes femeninas,
y muchos en sus hogares también viven esta misma disección, por lo
que , su formación muchas veces también es segregada desde una
vereda de la vida. Y aunque el antecedente podría dar
el resultado contrario, el ,machismo prolifera en las aulas.
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