Al leer sus comentarios, fuí recordando muchas experiencias vividas y observadas en diferentes contextos, incluso de las cuales algunas no había dimensionado.

Con respecto a las más significativas en mi niñez puedo mencionar el uniforme, odiaba la falda más aún en tiempo de frio donde la única forma de ir con pantalones era cuando enviabamos una comunicación justificando su uso... que decir de la toma de los patios en los recreos de la escuela, donde pasar por el medio era un pelotazo seguro o incluso garabatos por sólo pasar e interrumpir el juego y limitarte a jugar a la panty, cuerda o luche incluso si jugaba un niño era molestado y avergonzado... 

Ya al crecer poco a poco las cosas fueron cambiando y fuí apelando a varias injusticias o evidenciando situaciones que encontraba incluso ridículas...y al ser docente ahora más aún, donde he tratado de cambiar ciertos patrones arraigados en lo cultural y educacional en los cuales trato de dar a entender mi punto de vista con respeto, sin embargo es dificil siendo el mismo ministerio quien entrega material erróneo, sexista y donde muchos y muchas colegas usan ese mismo vocabulario masculino sesgando y excluyendo desde las aulas a nuestras y nuestros estudiantes... sé que podemos aportar con un granito de arena a la educación que impartimos en Chile y quier ser parte de eso!

Saludos!