Con respecto a mi experiencia educativa, desde la mirada como estudiante y profesional de la educación, debo mencionar diversas situaciones donde he podido apreciar el sexismo. Me eduqué en un colegio adventista durante toda mi escolaridad, nunca me gustó jugar con muñecas ni participar de talleres de tejidos ni de cocina, me gustaba jugar a la pelota, vestirme con pantalones anchos y zapatillas porque me era mas cómodo para el deporte, sin embargo mi profesora de primer ciclo y mi mamá se encargaron de hacer todo lo posible para que me gustaran las cosas de "niñas" y hacerme ver como "señorita". Que gran deportista hubiese sido ahora si no me hubiesen educado bajo la famosa lógica sexista. En la universidad no evidencié situaciones de dicha índole, no obstante durante mi ejercicio como docente lamentablemente he visto bastante estas prácticas. Mis primeros años como profesora de educación diferencial trabajé en una escuela municipal rural, un lugar muy lejano de la región de la Araucanía, casi al límite con argentina, lamentablemente en ese lugar se enseñaba bajo la lógica sexista, vale decir aún seguian existiendo los famosos talleres para "niños" y para "niñas", los de deportes era para niños y los de cocina y bordado para niñas, siempre recuerdo a un estudiante que queria participar en el taller de bordado y no se lo permitieron porque esas eran cosas de mujeres. Las actividades de ciencias siempre se focalizaba en potenciar al género masculino por sobre el femenino. En actividades extraescolares, como convivencias, etc; Siempre las niñas se dedicaban a ordenar, limpiar y los varones a jugar. Hasta en nuestras actividades de profesores existia sexismo, siempre nos mandaban a las mujeres a poner la mesa, lavar los platos y los hombres se quedaban sentados conversando. Estoy hablando del año 2017, es decir hace muy poco tiempo, creo que pese a estar dentro de un ambiente como el que mencioné, siempre traté de entregar a mis estudiantes una educación no sexista y hacer ver a mis colegas sus prácticas.