La primera gran dificultad a la que me vi enfrentada como
profesora jefe de un primer año básico, fue el poco acceso de las
familias a la tecnología, tanto por la falta de recursos (hogares
sin un computador o sin internet) como por la falta de manejo de
herramientas tecnológicas. Por eso pusimos el foco en lo que sí
había en cada hogar, y casi todas las familias contaban con un
celular de prepago, con redes sociales libres y alguna cuenta de
Facebook y whatsapp. Entonces comenzó la aventura, implementamos
un Facebook para el curso, donde diariamente se subían
actividades en videos breves y explicativos; se acompañaba el
trabajo en casa, se resolvían dudas y las apoderadas nos hacían
llegar fotos o videos con los chicos realizando las actividades
desde la casa. Diariamente se realizaba el feedback de cada
estudiante, corrigiendo los errores, guiando a las apoderadas en
el cómo ayudar a sus hijos y felicitando los logros. Así se logró
un ritmo en el proceso de aprendizaje de los estudiantes.
Paralelo a eso, utilizamos videollamadas para establecer un
contacto con los estudiantes de manera individual o en pequeños
grupos. No ha sido fácil, pero ganas de avanzar y aprender
tenemos de sobra.
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