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Nuestro gran desafío

Nuestro gran desafío

de Violeta Herrera Molina - Número de respuestas: 0

Siendo estudiante de colegios municipales, desde los primeros niveles en adelante, escuche comentarios sobre como ser o lo que no es "ser señorita" vinculado principalmente a actitudes y vestimenta, sólo me dejaban usar pantalones entre junio y julio como la posibilidad de "protegernos del frío" jamás como una decisión de cómo me quiero vestir o de cómo me siento más cómoda; asimismo, recuerdo en educación básica que el uso de cotona para los niños era hasta 6° Básico, en cambio para las niñas hasta 8°  lo que era argumentado por el mundo adulto para evitar situaciones complejas con el desarrollo de las niñas ya que este podía generar "cosas" en los niños, siendo nosotras las responsables de ello.  

Los espacios de juego, colonizados por los niños y el balón, juego que era prohibido para nosotras como niñas ya que ese no es un juego de señoritas, para nosotras existía un rincón para saltar la cuerda o bien, sentarnos a conversar; así como ejercicios en educación física que nosotras como niñas no estábamos capacitadas para ejecutarlo. Nada de esto cambió en mi paso por educación media.

Cuando regreso a la escuela, ya como profesora, nada ha cambiado. Siguen los mismos comentarios y dinámicas sexistas, estereotipadas, invisibilizando las disidencias, lo distinto, lo diferente, sosteniendo los roles de género, el lenguaje masculinizado, la heteronorma, la clase de historia seguía contando las hazañas de los grandes hombres, al igual que en las ciencias, en las matemáticas, en la literatura, todo seguía igual. Podría continuar entregando ejemplos que existen históricamente en el espacio escolar, pero el desafío hoy es cómo desde nuestro rol modificamos, tensionamos, intencionamos una sala de clases, una escuela no sexista.