Entiendo la necesidad de asumir el desafío de la clase virtual ya sea por el contexto pandemia o como un avance en expandir y apropiar las nuevas formas en que nos comunicamos para el uso educativo. Sin embargo creo que hay que tener cuidado al sobredimensionar la educación virtual como superior a la presencial o viceversa, en el contenido se definía la educación presencial como centrada en el o la docente y limitado a la exposición, siendo que no necesariamente tiene que ser así, la interacción más dialogante, horizontal y constructiva puede darse en los dos espacios (presencial y virtual), como también el formato catedrático y donde los niños y niñas se limitan a una posición pasiva. Creo que necesitamos aclarar nuestros propósitos pedagógicos, qué esperamos de la educación y ver cómo en cualquier ambiente (en este caso, por urgencia y necesidad, el foco está en la educación virtual) podemos llevar a cabo la educación y los procesos de enseñanza-aprendizaje que deseamos. 

Los mayores desafíos que veo en el tema de canal de comunicación es la inequidad económica y cultural que permite el acceso a internet, un dispositivo (no es lo mismo aprender en el compu que el celular) y los conocimientos y experiencias tecnológicas, hay chicos y chicas que traen una mochila de habilidades y manejos tecnológicos que otros no traen, y eso se ve al momento de proponer y ejecutar actividades innovadoras.