He tenido varias experiencias como estudiante y docente:
1. Fila de hombre y mujer. Que ingresen a la sala las niñas antes que los varones. Esto lo viví como estudiante y también lo reproduje en un comienzo en mi vida profesional.
2. Como apoderada fui a matricular a mi hijo hace 10 años atrás para kínder. El colegio hasta el año anterior había sido exclusivamente de mujeres, y él sería parte de la primera generación de hombres que ingresaría al establecimiento, la orientadora o jefa de UTP del momento me indica que uno de los motivos por los cuales ingresarán varones al establecimiento, era para subir el puntaje SIMCE de matemática del colegio.
3. Acceder en la realización de los trabajos estudiantiles a más bibliografía masculina que femenina.
4. Que le den más posibilidades e incentivos de participación y liderazgo a los hombres. Se realizan más preguntas a hombres que a mujeres, o mis docentes en la básica elegían presidentes varones porque tenían más afinidad con ellos.
5. El uso del uniforme, como mujeres con jumper con menos posibilidades de explorar y mover nuestro cuerpo.
6. El uso del patio, utilizado en superficie de manera amplia por hombres para jugar a la pelota. Escasa participación femenina en este espacio.
7. Uso de colores y materiales didácticos para niños: celeste y niñas: rosado. Similar en el uso de juguetes: autos asociados a niños y muñecas a niñas.
8. En el liceo Técnico profesional estudié la carrera de telecomunicaciones, mayoritariamente constituida por hombres, éramos alrededor de 9 mujeres y los 20 restantes varones. Las otras carreras eran más extremas en su composición, por ejemplo en electrónica había 1 mujer y el resto varones, mientras que secretariado solo mujeres, Administración y Química era un poco más balanceada la proporción de participación entre hombres y mujeres.
9. En la Universidad estudié educación parvularia, carrera cuya participación fue constituida por mujeres. En una generación superior, existió solo un hombre, el cual desertó en la mitad de la carrera.