Durante mi etapa escolar, tenia ciertas dificultades con las matemáticas, año a año los profesores partían con la premisa de que me costaría entender la matemáticas, por el hecho de ser niña, situación que me llevó a odiar las matemáticas, y presentar resistencia a dedicarles tiempo de estudio. esto se repitió durante varios años, hasta que llegó un profesor reemplazante estuvo aproximadamente un semestre y con él mis notas cambiaron, fue una especie de reinicio en todo sentido y mis compañeras también notaron la diferencia. el prejuicio del profesor de matemática hacia las niñas y en especial hacia a mi, impedía que me puedan agradar y entender las matemáticas, pero al realizar un cambio, se produjo un interés y un recepción totalmente distinta de parte del nuevo profesor.