Como estudiante presencié múltiples y constantes actitudes sexistas especialmente de parte de profesores. Esto se mantuvo en distintos colegios y estuvo presente también en Educación Superior como una lógica relacional completamente naturalizada frente a la cual el pensamiento crítico y los llamados de atención sobre el tema eran comúnmente desestimados o considerados exageraciones. Me parece esencial que se expanda y profundice la formación respecto de una Educación no sexista hacia nuevos profesionales de la educación pero no lo dejaría solo en eso pues pienso que es urgente también implementar una mirada interseccional. En mi experiencia personal como estudiante, este tipo de actitudes de parte de profesores se conjugaban y mezclaban también con miradas clasistas, racistas, xenófobas, obesofóbicas, capacistas, especistas y, en algunos casos también, con discriminación por motivos religiosos e ideas políticas. En ese sentido, el respeto por otras personas, realidades sociales, culturales, identidades de género y líneas de pensamiento en general, me parece fundamental en un entorno educativo y pienso, además, que es un trabajo permanente que nunca debe dejar de realizarse y ser actualizado.