Desde mi experiencia, predominantemente durante el transcurso de mi educación media, me he dado cuenta como yo misma y mis pares hemos vivenciado distintas situaciones que, al fin y al cabo siempre fueron normalizadas, pero que representan fuertemente el sexismo que podemos reconocer en la educación hoy en día. Desde críticas por el largo de nuestro jumper, hasta invisibilización de situaciones de acoso y abuso, donde la víctima siempre es culpada, y los agresores no son reprimidos de la forma que deberían. 

Como una mujer participe abiertamente del campo científico en mi institución, que tradicionalmente "no es para mi", me puedo dar cuenta el menosprecio hacia nuestro género y de cómo somos tachadas de "exageradas" solo por expresar nuestra opinión fuertemente para ser escuchadas (siendo esta lamentablemente la única forma en algunas ocasiones).

Considero que el uso del lenguaje y de prácticas sexistas en las instituciones está muy normalizado, y es deber tanto de los estudiantes, como de los docentes y administrativos, informarse y educarse para posteriormente cambiar esas conductas.