Hoy por hoy, vivimos cambios positivos en relación a la formación
no sexista de ciudadanas y ciudadanos desde la educación
pre básica.
Desde la práctica pedagógica, creo no tener experiencias muy diferentes a las ya presentadas en diversos estudios que muestran históricamente modelos sexistas en la sociedad. Recuperar y validar las capacidades de las personas, independiente de su género es demandado desde el matriarcado que por ciclos de ciclos ha reproducido la inequidad de género desde la familia a los espacios sociales, ejemplo de aquello en lo personal fue crecer con la idea que las mujeres atienden a los hombres y después desde desde mi rol profesional el lenguaje usado ha sido masculinizado; la interacción entre alumnas-alumnos, profesores-estudiantes y entre profesores generalmente es de atribuirle mayor importancia, respeto y preferencias a los hombres. Mayores ejemplos de los estereotipos de genero los encontramos en los materiales. Antes de la pandemia mi mayor logro en relación al tema fue suprimir las filas de hombres y mujeres en la formación.