Al igual que a muchos docentes, la necesidad de replantear mi quehacer profesional para llevarlo a cabo en un escenario virtual representó un desafío que no logré superar del todo.  Tal como se mencionó en los recursos incorporados, no basta con mantener los mismos tipos de interacción de un espacio presencial y eso significó, en un principio, distintos intentos con diversos grados de éxito.  Afortunadamente, el año 2020 fui parte de un equipo de trabajo donde se hizo lo posible por aprender y modificar nuestras prácticas en función de las necesidades observadas.

A pesar de lo anterior, pienso que el éxito en el proceso de aprendizaje requiere/exige depende en gran medida de la existencia de un camino compartido por quienes componen la comunidad educativa, en su conjunto.  Principalmente, porque es esa coherencia la que fortalecerá los procesos y permitirá a los estudiantes desarrollar mayor autonomía frente a su aprendizaje.  En lo personal, me quedo con la inquietud de seguir indagando y buscando más herramientas para el desarrollo de mi trabajo.