¿Cómo debemos afrontar nuestra relación con el pasado histórico, respecto al trato que debemos dar a monumentos y edificios?
Considero en primera instancia, que siempre se debe estar con una disposición abierta a recibir ese pasado, haya como haya sido, ya sea, alegre, exitoso, pero también, tortuoso, doloroso y angustiante, pues bien, desde está apertura inicial, se estará en una condición mínima de hacerle frente. Luego, va a depender de qué tipo de presente y futuro estoy dispuesto a construir, entendiendo que el pasado ya es una condicionante heredada, y que ante ella, no puedo mayormente hacer cambios, salvo, que en base a una adecuada información, instrucción y concientización, si puedo entender y comprender ese pasado, con el cual, puedo descifrar mi presente, y por sobre todo, proyectar mi futuro.
Entonces, desde esta postura, puedo entender y comprender mi situación actual, tanto a nivel individual como colectivo, en donde, en esto último, puedo al menos, medianamente entender mi contexto social, político, económico y cultural, por lo que, en relación al paisaje urbanístico que me rodea, no me queda más que recibirlo, e incluso apreciarlo, pues bien, él, me da a conocer de qué forma se ha ido forjando mi sociedad, y puntualmente en torno a los edificios y monumentos, estos me dan a conocer la historia de donde me desenvuelvo, instancia, en donde es mi rol, descifrarlos e interpretarlos, pues bien, más allá de los objetos materiales, lo realmente importante es lo que ellos representan, y esto, no me lo dirán los meros objetos materiales, si no, su carga implícita, por lo que, comparto con el profesor Bea, que es de suma relevancia el fomento activo y continuo de la educación a todo nivel, pues, sólo desde ahí se podrán visualizar lo que significan.
¿Debemos desmontar monumentos o debemos reinterpretarlos?
Creo que lo que realmente debe darse, es una educación y formación respecto a historia, creo que hoy en día, tanto desmontarlos como reinterpretarlos, no son la solución. Por una parte, no creo que haya que reinterpretar, pues bien, los hechos y monumentos están, y están por algo, no por mero capricho, si no, por un ideario y sustento. Ahora bien, derribarlos, tampoco creo que sea la solución, y ante ello, comparto las ideas de Enzo Traverso, en decir que mayormente se deben sostener los monumentos, pues bien, ello nos permitirá tener una mayor claridad y conciencia respecto a los hechos, pues bien, creo que desmontarlos, es sepultarlos, y creo que eso no aporta en el desarrollo de una sociedad, pues bien, el pasado hay que tenerlo presente, no enterrarlo ni dejarlo atrás, eso sería negar la historia y por ende nublar la memoria. En suma, creo que hay que conocer los monumentos, conocerlos desde los simbolismos y no sólo desde las meras construcciones, hay que conocer, descifrar e interpretar las representaciones. Junto a ello, lo que siento que falta, es una mayor producción pluralista de los monumentos y edificaciones afines, en donde, todas las personas – fundamentadamente, y en base a un diálogo intercultural – puedan representar sus luchas, sueños y aspiraciones, en donde, se democratice el espacio público y exista un mayor espacio de desarrollo social, desconcentrándose el poder, que sigue fluyendo en manos de pocos.