La palabra prócer tiene raíces latinas, señalando a una persona
una persona distinguida, eminente la RAE lo indica como una
persona ilustre y respetada.
Una de las formas de hacerlos visibles, es darles su nombre a una
avenida o calle, más tarde elevar monumentos con su efigie en un
espacio público urbano Muchas veces no se estudia el impacto que
generará el prócer en un determinado espacio público, como las
virtudes que el prócer tiene para contar con un obra escultórica;
creo que para no generar problemas debiera seguir un proceso
similar a las etapas para ser canonizado, como lo hace la Iglesia
Católica, para no tener errores en la elección del prócer, vale
decir: ser un siervo de Dios, luego ser venerable, más
tarde ser beato, terminando con su santidad.
Salvo los próceres que intervienen en nuestra independencia, otras obras escultóricas de algunos próceres que cuentan con otras virtudes y obras son cuestionados por la población, en períodos de manifestaciones, siendo foco de ataques de los manifestantes, por razones políticas o por sus obras. Algunos reuniendo los atributos para contar con monumentos, por ideas u obras paralelas en otros aspectos, la población no los aceptará , ya sea por razones políticas, ideales, etc.. Otro motivo de cuestionamiento es la grandeza de su monumento y el espacio público en donde se emplaza, como es el caso de la Plaza Italia, Baquedano y proyecto de Plaza Dignidad.