El argumento en contra que más he visualizado a través de prensa y redes sociales dice relación con que la propuesta de nueva constitución es de carácter Indigenista y favorece a los grupos de pueblos originarios (especialmente mapuches) en desmedro del resto de la población. En sus versiones más extremas se ha señalado, entre otros aspectos que: i. se favorece la división territorial basada en la demanda de independencia que tendrían dichos pueblos; ii. no se podría realizar reformas a la constitución sin la venia de los pueblos indigenas; iii. los pueblos indigenas podrían reclamar un alto % del territorio nacional como restitución de sus derechos; iv. se pierde la propiedad de los bienes muebles (viviendas), que cualquier persona podría tener en territorios reclamados por el pueblo mapuche.

Contra argumentos frente a dichos planteamientos derivan del propio texto constitucional propuesto que establece entre otros aspectos que: i. Chile es un estado único en el cual coexisten diversas naciones; ii. el reconocimiento de autonomía de los pueblos originarios se enmarca dentro de dicho carácter único; iii. la reparación a pueblos indigenas puede implicar la restitución de tierras entre otros aspectos (es la opción preferente pero no se circunscribe a ella)

Otra línea argumental dice relación con la diferenciación del alcance político administrativo entre autonomía e independencia. Al respecto una gran cantidad de países reconoce naciones/pueblos o regiones autónomas sin que ello implique una secesión territorial para formar un estado independiente. La autonomía tiene un carácter acotado en tanto implica a la comunidad que pertenece al pueblo indígena y regula algunos aspectos referidos a aspectos político-administrativos, culturales, uso de idioma y lenguas, formas de desarrollo que permita mantener una vida acorde con sus cosmovisiones.

Por último es importante relevar que establecer el carácter plurinacional del estado de Chile reconocer una realidad, que es la existencia de pueblos o naciones indigenas como parte de su población con cosmovisiones, cultura y alternativas de desarrollo propias, lo cual les permite reconocerse como tal. Así también implica reconocernos como un país en el cual coexisten diversidades, siendo un desafío colectivo el poder convivir reconociendo, respetando y valorando dichas diversidades como una base para el desarrollo y buen vivir de todas y todos.