En la Argentina, la sanción de normativas promotoras de derechos
humanos, de la inclusión social y de la igualdad, ha ido
propiciando un cambio cultural que opera a favor de
la visibilización de muchas violencias contras las mujeres,
que antes eran naturalizadas. Este proceso fue generando el
diseño de planes y programas de prevención que incluyeron a
organismos judiciales, policiales, de salud y de educación, entre
otras especialidades y disciplinas.
A pesar de los importantes avances realizados en materia de derechos y visibilización de problemáticas de género durante los últimos años, debido a la falta de estudios específicos a nivel nacional, nuestro país desconoce, por ejemplo, el verdadero alcance de la violencia contra las mujeres. El cambio real ha sido muy lento para la mayoría de las mujeres y las niñas: varios obstáculos permanecen inalterados en la legislación y en la cultura y, como resultado de ello, muchas siguen siendo infravaloradas, tienen menos opciones y continúan enfrentando diversas formas de violencia en el hogar y en espacios públicos.