Espero que estén bien dentro de la intensidad de la
vida.
En cuanto a las preguntas del foro,
señalo y opino lo siguiente:
- Creo que hay ciertas denominaciones y palabras que se han ido
construyendo dentro de un contexto social, cultural y político
determinado. Es decir, el concepto de - calidad - como tal,
dentro de las concepciones y aplicaciones del mismo a lo largo de
la historia, tiene relación con relaciones productivas, mecánicas
y universales. Es en ese sentido que acá en Chile la palabra y en
ese sentido comprensión, va acompañada de una carga neoliberal y
permeada por el capital que no es fácil disociar ni tampoco
obviar.
Y es en ese mismo sentido que hay que no solo tener ojo, sino muy
bien dialogar, pensar, reflexionar y sistematizar ideas nuevas
que puedan plasmar y ser bastante consistentes pero a su vez,
coherentes y explicativas de lo que concebimos como - buena
educación -.
Dentro de la creación de concepto, creo que tenemos que avanzar
hacia una denominación de procesos educativos (plurales)
integrales y transformadores (también en plural). Comprendiendo
lo integral y lo transformador desde la concepción del estar al
servicio de vida misma y de su desarrollo pleno en las diversas
etapas de la vida.
Integrales en términos de comprender no solo la diversidad de
seres que confluyen dentro de los procesos formativos, sino
también integrales desde las distintas dimensiones del trabajo
(definido como la actividad humana de transformar) y del quehacer
humano, en donde los aspectos a desarrollar, vayan en relación a
una continua relación dialéctica entre lo personal y lo
comunitario. Integrales desde la veredera de la unión de lo
físico, lo emocional e intelectual. En donde se comprenda al ser
humano desde una comprensión holística pudiendo hacer una
conexión sin disuasión de las capacidades diversas, habilidades
diversas y comprensiones diversas que van de la conexión del
pensar, sentir y hacer, dando valor a las dimensiones de la vida,
en relación a la importancia del campo de lo emocional del
sentir, del intelectual con el pensar y del hacer en
relación al hacer comprendiendo la importancia de los
cuerpos.
Transformadora en comprender aquellos procesos como siempre en
constante cambio y dinámicos, en donde confluyen factores
personales, pero a su vez, colectivos e históricos.
Transformadora en que pueda generar relaciones sanas de lo
formativo y evaluativo. Que los procesos educativos estén
atravesados por desarrollos personales pero colectivos en armonía
y sintonía con proyectos de vida que potencien la vida en
comunidad, el saber colectivo y el buen vivir con un equilibrio
entre la humanidad, diversos seres y el
medioambiente.
Y es en ese mismo sentido que dentro de concepciones nuevas, es
que se hace necesario mencionar los actores o sujetxs que
interactúan dentro de ese mismo proceso formativo. Si bien, el
derecho a la educación debe ser un derecho de las personas, es
necesario enfatizar en el diálogo y la construcción en conjunto
de todos los actores que están dentro de los procesos. Es decir,
estudiantes, niños ,niñas y niñes, jóvenes, adultos y adultas en
todas sus etapas etarias. Pudiendo hacer una conexión entre el
territorio y las comunidades. Comprender los espacios formativos
y educativos desde una interseccionalidad y conexión
colaborativa entre sus actores.
Es en ese mismo sentido que la manera de poder evitar la
tensiones que se genera al tratar de llevar a cabo los
principios, es siendo no solo explicativos y responsables con la
denominaciones en el mismo proceso constituyente, sino que se
hace pertinente ya comenzar a abrir espacios de información,
reflexión, discusión y acción sobre la comprensiones de lo
que creemos que tiene que tener tener LA EDUCACIÓN o mejor dicho
los diversos procesos formativos y educativos
actuales.
Dicho espacios deberían estar conformados por la diversidad de
las personas, particularmente de los señalados en el punto
anterior, para poder llevar a consensos y sistematizaciones de
manera colaborativa, con respeto a la diversidad de contextos y
realidades y a su vez y en ese sentido, de manera
orgánica.
Finalmente, a tipos de evaluaciones a tratar de incluir en la
nueva Constitución, aquello tiene relación precisamente con el
tipo de concepción educativa y formativa que se quiere construir
y plasmar. Es decir, como en la actual constitución, la educación
tiene fines instrumentales y adulto céntricos (pensado
constantemente en el - ser - futuro, y no en el ser - de la
actualidad - y aquello se desprende de su visión de generar
"BUENOS CIUDADANOS" y con lo que aquello conlleva no solo en lo
qué significa ser ciudadano en una sociedad como esta, sino que
está constantemente pensando solamente en la polis desde en donde
aquello es concebido desde una manera instrumental y
pasiva).
Con el fin que actualmente se tienen y se ha desarrollado en el
país, en donde contiene marcadamente los aspectos de
universalidad, de homogenización y también de competitividad, es
en donde una concepción nueva tiene que apuntar no solo a
tensionar, sino proponer aspectos en donde la educación se
sustente en procesos y etapas nuevas. (Como las señaladas
anteriormente.)
A como ha ido cambiando los procesos evaluativos a lo largo de la
historia, aquello mismo tiene relación en como se va
desarrollando y concibiendo no solo la educación, sino también la
sociedad misma.
Hay que comprender la evaluación como un instrumento de poder
dinámico a lo largo de la historia y diverso en base a los mismos
procesos socio históricos vividos dentro de las distintas
épocas. En ese sentido, es necesario avanzar hacia
evaluaciones formativas, colocando el valor en los diversos
procesos de lxs estudiantes (en sus diversas etapas) y
también en sus particularidades. Generar mecanismos evaluativos
lo más democráticos y justos en base a los contenidos,
temas, pero también en base a las condiciones materiales y socio
culturales de las personas. Ir avanzando en evaluaciones diversas
que contemplen la diversidad no solo de contextos, sino también
de estudiantes, pudiendo avanzar hacia evaluaciones con sentido
de pertenencia a la realidad de los espacios y lxs
estudiantes.
Dentro de lo evaluativo, a su vez, poder generar instancias en
donde se vaya potenciando los procesos co - evaluativos (en donde
además de evaluaciones personales, hayan espacios y evaluaciones
comunitarias y colectivas dentro de los espacios formativos) y
también autoevaluativas, así pudiendo colocar al centro el
proceso de aprendizaje de lxs estudiantes y de la propia
concepción de los procesos de ellxs mismxs, pudiendo trabajar no
solo en nuevas concepciones de lo evaluativo, sino también en dar
una relevancia a la apreciación del propio trabajo realizado por
unx mismx. (Y en ese mismo sentido, crear criterios evaluativos
para las distintas instancias y formas que precisamente pongan al
centro SUS SABERES (contemplando la diversidad como algo hermoso
a abordar evaluativamente), y no solo lo que se espera desde una
visión homogénea y estandarizada de lo que se espera que todxs
por igual sepan).
Se trata de llevar el plano de lo evaluativo a planos en donde al
centro estén los saberes, los diversos procesos y las diversidad
de sus actores, avanzando hacia concepciones más allá del
RESULTADO (evaluación NO es CALIFICACIÓN),
reflejado por solamente un número o una nota. Aquellas
concepciones evaluativas no son trabajadas per ser o
estandarizadas, también tienen que ir de la mano con procesos
pedagógicos y metodológicos(*) pensados para los
contextos contemplando las diversidades y las culturas
confluyendo dentro de un espacio.
Muchas gracias por el espacio, las actividades formativas del
foro
que sirven mucho para pensar (de manera personal, pero también en
conjunto con otrxs) aspectos de importancia como lo son los
tratados en este curso.
Gracias Profe Tere y Alonso por el espacio trabajado y levantando
y gracias a todxs también por sus intervenciones y comentarios
que ayudan al pensar y hacer en conjunto.
(*) Dichas
metodologías también se podrían explicar y abordar, pero creo que
alargarían aún más este breve y humilde comentario, pero van de
la mano también de cómo se comprender el trabajo y quehacer
pedagógico en sus diversas dimensiones.